En el capitulo anterior...
Y al fin llegó el
día en que tuve que estrenar el uniforme, en parte me hacía ilusión, siempre
había querido llevar uniforme como en las pelis, pero por otra parte, eso
quería decir que empezaba las clases en la universidad y que tendría que
aprender a ubicarme por ahí dentro, y que no conocería a nadie para que me
guiara, en general, no conocería a nadie, y eso era lo que más me asustaba en
ese momento.
Me puse el
uniforme con unas medias largas pues hacía frío, la camisa por fuera y me até
un cinturón que colgaba de mis caderas, además le di otro toque personal al
uniforme atando un pañuelo de color blanco encima de la manga izquierda de la
chaqueta. Cuando terminé de peinar mi pelo castaño liso bajé a desayunar.
Ahí estaba Fran
con su uniforme y la corbata desatada colgando a ambos lados de su cuello, a
decir verdad, el azul marino le quedaba fenomenal, y para que mentir, mi
hermano era guapo y según mis amigas estaba "de toma pan y moja"
además había heredado los ojos avellana de mi padre y con la piel un poco
morena, y el uniforme, se veía sexy.
Nos quedamos
mirando, revisándonos el uno al otro, eso del uniforme era nuevo para nosotros.
En España nunca habíamos tenido una forma fija de vestir. Acto seguido nos
miramos ambos al cuello y empezamos a reírnos, mi corbata estaba igual,
desatada, no había conseguido atármela, y eso que había pensado en ver algún
video o algo, pero se había quedado en la intención.
- Quiero hacer un
trato contigo- me dijo de repente.
- Uy, siempre que
hago un trato contigo tengo las de perder.
- Esta vez no, te
lo prometo, los dos ganamos.
- Haber, cuenta y
decido si hay trato.
- Yo te ato la
corbata a cambio de que tú me ates la mía, no hay truco.
- ¿Seguro, no me
vas a ahogar?
- No sería buena
idea, entonces me quedaría sin nadie que me atara la corbata a mí el resto de
los días.
- Buen punto.
Entonces, trato hecho- le dije estrechando la mano que me tendía.
Un cuarto de hora
más tarde salíamos toda la familia de casa hacia el nuevo coche que habíamos
comprado días antes. Mi padre conducía y yo iba nerviosa en el asiento trasero
al lado de mi hermano que parecía demasiado tranquilo. Él era muy abierto
mientras que yo era muy tímida.
No tendría a
Sandra, una de mis amigas españolas, sin una pizca de vergüenza. Pero ahora no
era momento de pensar en eso. Ellas me habían abandonado, aunque yo fuera la
que me hubiera ido. Durante esa semana y media de vacaciones no había recibido
noticias de ellas, y eso que me había conectado al Facebook varias veces y
tenía el Whatsapp, pero nada, yo ya no existía. Lo peor de eso era que no era
la primera vez que alguien en quien confiaba mucho me dejaba de lado, pero por
suerte eso quería decir que sabía cómo remediarlo. Olvidando. Iba a empezar una
nueva vida aquí, la antigua Irene desaparecería, mi vergüenza desaparecería,
aquí nadie me conocía así que podría ser quien yo quisiera, dejaría de ser un
ratón de biblioteca, aunque eso no implicaría dejar de leer fabulosos libros...
Pero Fran me sacó
de mis pensamientos diciéndome que ya habíamos llegado, y todos esos
pensamientos positivos se desvanecieron cuando el miedo a perderme volvió a mí.
Fran y yo cogimos
nuestras mochilas del asiento del medio y, a ordenes de mi madre, nos dirigimos
los dos entre la masa de alumnos, yo guiada por mi hermano, hasta el despacho
de la directora.
- Buenos días
chicos. Aquí tenéis vuestros horarios. Antes de llevaros a vuestras clases, voy
a mostraros vuestras taquillas para que podáis dejar los libros en ellas.
Seguidme por favor.- nos abrió la puerta por la que habíamos entrado momentos
antes y salimos siguiéndola.
Vimos a la gente
que se saludaba después de haber pasado una semana de vacaciones. Muchos se nos
quedaban mirando y cuchicheaban entre ellos mientras íbamos detrás de la
directora y se apartaban de su paso. Subimos un piso y le mostró la taquilla a
mi hermano y le dejó en la que iba a ser su nueva clase.
Me despedí de él
mientras los alumnos empezaban a entrar a sus aulas. Seguí a la directora hacia
el otro lado del pasillo y subimos un piso, fuimos recorriendo dos pasillos más
hasta que se paró delante de una fila de taquillas.
- Mmmm...- dijo
mientras miraba un papel- 3510, esta es la tuya, la combinación es 34, 28,
apuntaló en algún sitio no se te vaya a olvidar- saqué mi móvil y lo apunté en
una nota- vale, pero si recuerdas las normas de la semana pasada, no se puede
sacar el móvil en clase.
- Lo
siento.
- Bueno, y ahora
hacia clase- cruzamos el pasillo y llegamos al fin a la clase. Ya no sabía como
habíamos llegado hasta allí. Ya tenía mi primer problema, y bien seguro que no
sería el único.
- Delante- me
indicó la directora- Phil- llamó al hombre que se encontraba delante de la
pizarra- es la chica nueva, aquí te la dejo, ya tiene los horarios y los
libros. Señorita Sánchez, que termine de pasar un buen día- dijo girándose
hacia mí que aún estaba en la puerta. Le abrí el paso y cuando pasó por mi lado
se acercó a mi oreja y me susurró sin que nadie lo oyera- mañana no quiero
verla con esos cambios en el uniforme.
Me estremecí y
ella se fue con la cabeza alta y haciendo resonar los tacones de los zapatos
por los pasillos silenciosos.
- Adelante, no te
quedes en la puerta- me dijo el profesor mientras yo miraba curiosamente la
clase.- Soy el profesor Andews, Phil Andews
Todos los ojos
estaban clavados en mí. Unas chicas cuchicheaban entre ellas, algunos chicos se
daban codazos mientras me miraban de una forma un poco grosera.
- ¿Cómo te
llamas?- me sacó de mis pensamientos.
- Sánchez, Irene Sánchez.
- Muy bien Irene,
¿podrías presentarte un poco a la clase?
- Claro...-
respondí sin saber muy bien que decir.
Todo el mundo me
miraba en silencio esperando a que hablara. Sentí que me sonrojaba y eso aún
era peor. Pero entonces recordé lo que había pensado en el coche alcé la mirada
del suelo y con la cabeza bien alta me dirigí a la clase donde debería haber
entre veinte y treinta alumnos.
- Me llamo Irene-
"eso ya lo sabemos" dijo alguien de la última fila- tengo diecinueve
años y soy Española- oí que un chico susurraba "mmm... Española" con
un tono poco correcto pero no le hice caso- me acabo de mudar aquí a Inglaterra
y estudio diseño- "Como todos los de esta clase" oí que recriminaba
una chica- y, bueno, no sé que más contar- miré al profesor que miraba
severamente a la chica del comentario. Acto seguido se volteó hacia mí con una
sonrisa animosa.
- Muchas gracias
Irene. Puedes sentarte en esa mesa de ahí vacía.
Me dirigí hacia
allí pasando por al lado de un chico que intentó hacerme tropezar poniendo el
pie en medio de mi camino pero lo salté con naturalidad hasta mi nuevo
sitio.
A mi lado había
una chica con una sonrisa radiante. Tenía el pelo de color castaño oscuro y
liso, largo hasta la mitad de la espalda. Sus ojos eran claros, de un tono
marrón verdoso. Al momento de verla con esa sonrisa dándome ánimos ya me
pareció simpática, más que algunos de la clase seguro.
- Hola, soy
Ashley- me dijo bajito.
- Irene- le
devolví la sonrisa.
- Lo sé, lo has
dicho antes un par de veces.
- Puede ser- me
reí bajito.
- Los nervios te
han jugado una mala pasada, suele pasar. Tú no te preocupes.
- Bueno chicas,
ya, silencio, empezamos con la clase.
Saqué mis libros
de matemáticas y presté atención a lo que Phil explicaba y, lo que él apuntaba
en la pizarra, yo lo plasmaba en mi libreta, anotando algunas pequeñas cosas en
españolen los márgenes para aclararme.
La clase terminó
relativamente rápido, la verdad es que habíamos perdido bastante tiempo al
principio.
Guardé las cosas
en mi mochila mientras miraba el horario, me tocaba dibujo en un taller de
arte, y no era en esa clase.
- Puedo
acompañarte si quieres- oí a Ashley decir a mi lado.
- ¿Tú tienes que
ir también?
- No, a mi me
toca en la hora siguiente, que a ti te toca lengua. Ahora me toca lengua a mí
aquí.
- Entonces mejor
no te preocupes, ya me encontraré.
- ¿Irene? ¿Así te
llamas?- me preguntó una rubia detrás de mí.
- Si,
exacto.
- Ven, nosotras
vamos al taller y te llevamos.
- Ah vale,
perfecto- les agradecí viendo a Ashley bajar la mirada y mirar hacia la
mesa.
- Vamos- me
indicó la rubia- adiós enana- se despidió de Ashley groseramente. Luego tendría
que preguntarle porqué.- Por cierto, me llamo Ándrea, estas son Eve y Sarah-
señaló a sus amigas, ambas rubias, una con el pelo liso como ella pero cortito
y la otra de pelo rizado. Ándrea tenía los ojos azules, la que me indicó que se
llamaba Eve los tenía muy oscuros y Sarah los tenía verdes.
- Sabes Irene,
nos has caído muy bien- empezó diciendo Ándrea- me gustan los cambios que le
has hecho al uniforme.
- La directora no
los permite.
- Bah, tonterías,
eres libre de ponerte lo que quieras.
Yo simplemente
asentí con la cabeza mientras veía que la gente les abría paso a esas tres
chicas que iban conmigo, algunos nos miraban y cuchicheaban. Yo no entendía
porqué pero me dio igual, eran simpáticas, al fin y al cabo se habían ofrecido
voluntarias sin que nadie les dijera nada para acompañarme a la siguiente
clase.
Pasamos por
delante de la clase de mi hermano y le vi sentado sobre una mesa cerca de la
puerta conversando animadamente con dos chicos. Se giró y me vio, yo me paré y
le hice un señal con el puño cerrado y levantando el dedo pulgar, indicándole
que me alegraba de que hubiera hecho amigos. Él me guiñó el ojo como respuesta
y yo seguí a las chicas que se alejaban mientras los chicos que acompañaban a
Fran empezaban a decirle algo.
Andaban con la
cabeza alta, las tres eran casi de la misma altura, un poco más altas que yo me
fijé.
- Venga vamos- me
dijo Eve girándose- no querrás llegar tarde.
- Ya voy, ya
voy.
Llegamos a la
clase y me senté con Ándrea pues esta no había querido compartir asiento con
ninguna de sus dos amigas las cuales se sentaron juntas.
La clase de
dibujo fue entretenida con Ándrea, siempre me había gustado dibujar. Nos
hicieron dibujar un conjunto de ropa sin ningún criterio a seguir. En ese
momento no tenía demasiada imaginación así que empecé a dibujar los uniformes
de los chicos. Y como me sobró tiempo, dibujé lo que yo llevaba.
- Me gusta como
dibujas- comentó Ándrea mirando mi dibujo- pero sabes, creo que las medias
estas sobran, no quedan bien con el uniforme.
- Es que hace
frío
- Te
acostumbrarás. Aquí hace más frío que en España, en un par de meses ya no lo
notarás. Hasta entonces, cambia estas medias horribles por unas de color carne,
el color este oscuro no pega con el uniforme.
- Pues voy a
tener que irme a comprar unas medias porque creo que no tengo ningunas así- le
respondí mientras me disponía a borrar el gris de las piernas y las pinté de
color carne.
- Si, mejor.
Podríamos ir esta tarde de compras.
- Esta tarde no
puedo, tengo una entrevista de trabajo.
-
¿Trabajas?
- Bueno, no
todavía, estoy en busca de trabajo en una piscina que hay por aquí cerca.
- Puff trabajo,
son ganas de trabajar.
- Tengo que
ayudar en casa de alguna forma, y así ya voy consiguiendo dinero.
- Pobrecilla. A
mí no me hace falta, mi padre es el dueño de una gran multinacional de ropa.
Tiene tiendas por todo el mundo, en España también así que seguro que te suena.
Algunos de los diseños los he hecho yo, en mi casa tengo un taller con
pinturas, colores, telas, maniquís…
Estuvimos
hablando hasta que la profesora nos hizo callar, y después salimos las dos del
taller de dibujo y volvimos a nuestro piso. Me separé de ellas y me encaminé a
mi taquilla, era la hora del almuerzo y los pasillos volvían a estar
llenos.
- Ei, ¡Irene!- oí
que alguien me llamaba. Era Ashley, se encontraba dos taquillas a mi derecha.
Dejé los libros, cogí mi bocadillo y me dirigí hacia ella.- ¿Quieres que te
muestre todo esto?, así no tendrás que volver a guiarte por esas.
- Me han caído
bien, son simpáticas.
- No lo creas-
comentó- ¿Vienes a dar una vuelta y te lo muestro?
- Si, sería
genial, no sé cómo se sale de aquí- nos reímos.
- Eh, española-
oí a Eve que se acercaba- ¿te vienes con nosotras a la cafetería?
- Voy a ir a que
Ashley me guíe por todo esto.
- Tú verás- luego
dio media vuelta ondeando su pelo y se fue con Sarah y Ándrea.
Ashley y yo
estuvimos la media hora dando vueltas por los pisos que estaban casi vacíos. Me
mostró las otras clases que haríamos fuera de la nuestra, exceptuando dibujo
pues ya habíamos estado.
Después nos
dirigimos al gimnasio, pero estaba cerrado y no pudimos entrar. Me dijo que las
clases de gimnasia si llovía se hacían ahí dentro, pero si no, se hacían fuera.
Y allí es donde nos dirigimos.
Fuera había un
gran jardín con césped bien cuidado, personas tumbadas en él aprovechando que ese
día no llovía, también había varios árboles y bancos de madera. Había un campo
de fútbol donde algunos chicos jugaban y otros estaban en la cancha de
baloncesto. Además había un lago rodeado por vallas blancas.
Cuando sonó la
campana todos nos dirigimos de nuevo a nuestras clases. Ash se dirigió a dibujo
y yo me uní a Ándrea, Eve y Sarah que salían de la cafetería con un par de
chicos para ir a nuestra siguiente clase. Las horas hasta el medio día para
comer se me hicieron entretenidas. Lengua la pasé con Ándrea y las otras dos
con Ashley.
- ¿Te vienes con
nosotras a comer?- me preguntó Ándrea cuando salíamos de clase.
- Claro, no le
veo ningún inconveniente. ¿Ash, te vienes?- le pregunté a mi amiga.
- No, gracias-
dijo, y se encaminó hacia otro lado.
Yo bajé con las
chicas a la cafetería cogimos la comida y las seguí a una mesa muy
decididas.
- Eh vosotras-
dijo Sarah a unas chicas dos años menores que nosotras- esta es nuestra mesa,
largo.
- Es que no hay
más- respondió con miedo una de ellas.
- Ha dicho que
fuera- dijo Eve- esta ha sido, es y será nuestra mesa hasta que nos vayamos de
aquí.
Las dos chicas se
levantaron de golpe asustadas y se fueron a buscar otro sitio. No entendí
porqué reaccionaron así, si siempre habían ocupado esa mesa desde que estaban
en ese instituto, eran ganas de sentarse ahí sabiendo que les echarían.
Después de eso
nos sentamos las cuatro y empezamos a charlar hasta que tres chicos se nos
unieron. Se sentaron dos a cada uno de mis lados y el otro en frente de mí entre
Eve y Ándrea. La mesa era grande, aún cabía un par o tres de personas
más.
- Soy Charlie-
dijo el chico de mi derecha- siento haberte intentado hacer que te tropezaras
antes- era pelirrojo y sus ojos eran de color azul.
- No pasa nada-
contesté recordándole en clase esa mañana.
- Soy Erik- me
dijo el chico rubio de ojos castaños de mí izquierda- encantado- y me dio dos
besos en las mejillas.
- Irene,
igualmente.
- Así que tu eres
la famosa chica española, que viene misteriosamente a medio curso- dijo el
chico que tenía en frente. Su piel era oscura igual que su pelo muy rizado y
sus ojos castaños- Me llamo Mike.
- Soy Irene, la
chica misteriosa.
Todos rieron ante
mi comentario. Luego empezaron a hacerme preguntas sobre mi vida mientras
comíamos.
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Hoy capítulo largo a cambio de que a algunos os dije que lo colgaría ayer y no me acordé al final de hacerlo y también, porque HEMOS LLEGADO A LAS 1000 VISITAS muchísimas gracias a todos :)
Espero que os haya gustado el capitulo y no se os haya hecho muy pesado, ¿que os parecen las nuevas amigas de Irene? ¿Porqué tratan Ándrea, Eve y Sarah así a Ashley? Ya se verá ya...
Además, este capitulo quiero dedicárselo a Kidrauhl Swag Jb que me ayudó con el personaje de Ashley y que yo tuve que "desmontárselo" un poco para poderlo adaptar a la nove.
Y además, ¡¡también hay foto!! Hoy toca la foto de los uniformes, se que no está demasiado bien y que son bastante diferentes y eso, pero los he tenido que retocar yo misma y cambiarles los colores y juntar cosas y bueno, pues este es el resultado a ver que os parece :)
Los uniformes han quedado guays (todo lo guay que puede ser un uniforme) :)
ResponderEliminarEl capítulo, me ha encantado *-* No me dan buena espina esas tres ¬¬ Me da a mi que van de divas por la vida... 8)
En fin, que espero que subas pronto el siguiente.
Un beso <3
Jajajaj Es que a mi siempre me habría gustado ir con uniformes así jajaja
EliminarEsas tres... ya se verá que pasa, a veces las apariencias engañan... quizás no...
El siguiente lo subo el jueves o viernes :) Muchísimas gracias por leer y comentar cada capítulo, me animas un montón
Un beso :)